miércoles, 3 de octubre de 2007

Día 2 - 21 de Agosto del 2006 -

¡LLegamos a Tokyo!

Cuál es mi sorpresa cuando mientras aterrizamos veo a lo lejos un edificio con una cruz cristiana. Pensé que me lo habría imaginado pero no, luego me enteré que conviven con el shintoismo, el budismo y el cristianismo.

En el shintoismo se adoran a los dioses de la naturaleza. Por eso son tan cuidadosos con ella. Es increible, vimos bosques enteros más cuidados que muchos jardines españoles. Les arrancan las ramas bajas a los árboles para que crezcan más rectos y más altos. El budismo cree en la reencarnación, por eso (nos explicó la guía) muchos japoneses nacen shintoistas pero mueren siendo budistas. Y muchos se casan por el rito católico porque les gustan los vestidos de novia de la ceremonia. Curioso ¿no?

Cuando llegamos nos esperaba nuestra guía en el aeropuerto. Era una japonesa que había estudiado varios meses en España y se desenvolvía muy bien en nuestro idioma. Menos mal porque ninguno sabíamos japonés. LLamamos a nuestras familias desde nuestro móvil. Uno alquilado a movistar porque allí nuestros móviles no funcionan. Tienen tecnología 3G cosa que nosotros no usamos, por eso aquí nuestra infaestructura no soporta sus móviles y los nuestros ni siquiera funcionan allí. Como me enteré con mucho tiempo lo pude alquilar los días que estábamos allí.

Qué diferente era todo. Tienen coches cuyo color de la matrícula es de diferente color dependiento de los cv que tenga el motor. Así los policías están más pendientes de los que tienen x color. Acatan mucho las normas y veías en la autopista la gente a 80 km hora (velocidad máxima creo recordar). Otra gran diferencia era que ¡nadie pitaba!, la entrada de Tokyo era un atasco increible, pero ni un pitido. Todo el mundo a su ritmo y sin estresar a nadie. No me lo podía creer. Se veían kilómetros de coches pequeñitos y cuadrados (eran muy feos la verdad) con sólo el ruido del motor.

Cuando llegamos al hotel nos quedamos decepcionados porque las habitaciones parecían de la época de los 60-70. Las camas pequeñas y ¡separadas!. Las radio-despertador eran acorde a la habitación (pero resultó que todos los hoteles a los que fuimos tenían las mismas radios). Eran alrededor de las 7 de la tarde, así que dejamos las maletas, fuimos a quejarnos en recepción (sabían inglés) diciéndoles que éramos recién casados si no nos podían poner aunque fuese una cama de matrimonio. No hubo problema. Y nos fuimos los dos a pasear a ver si nos daba tiempo a ver algo (la guía a las 6 nos dejaba y se iba a su casa).

Nos encontramos con una "puerta" a menos de un minuto, que nos indicaba que si entrabas por ella y seguías esa dirección te toparías con un templo.

Puerta:



















Teníamos a 3 minutos andando un templo budista con un jardincito precioso y, al fondo, se veía la Torre de Tokyo. Lo primero que nos impactó fué el ruido de las chicharras ¡es increíble cómo cantan! A un volumen altísimo. También que, igual que aquí hay muchas palomas, Japón está repleto de cuervos.

Entrada al templo:



















Templo budista con la torre al fondo:


























































Para ir a la torre de Tokyo había que pasar por una callecita estrecha con mucha vegetación a un lado y con el templo budista al otro. Daba un poco de repelús porque casi no había luz y te revoloteaban los cuervos por la cabeza graznando, a la vez que veías muchas estatuas de niños con sus baberos rojos, sus gorritos rojos, etc. Todos en fila con sus molinillos de viento. Luego preguntamos y nos contaron que eran donaciones de padres que habían perdido a sus hijos, para que los budistas cuidaran de ellos. Era como una especie de seguro en el más allá.

Estatuas de niños:


















Siento que se vea tan mal, pero estaba muy oscuro (en Japón oscurece en cuestión de unos pocos minutos).

Finalmente llegamos a la famosa Torre de Tokyo. Como la Torre Eiffel sólo que roja y blanca. A sus pies encontramos un monumento a los perros japoneses, los Shiba inu (inu es perro), pero no sé a qué era debido, me refiero que no sé qué ponía la placa. Subimos arriba del todo para ver las vistas de la ciudad.

Monumento a los Shiba Inu:



















Esta es la torre vista desde abajo:
























Y esta es la ciudad de Tokyo desde lo más alto de la torre, al menos desde lo más alto que te permiten subir.



















Y esta soy yo cansada pero encantada de la vida:



















Al bajar de la torre nos encontramos un autobús muy gracioso. Vedlo por vosotros mismos:

Autobús de ... ¡hello kitty!




















No sabíamos dónde podíamos comer y cómo comunicarnos para pedir la comida, así que estábamos un poco cohibidos. Pero mientras nos decidíamos hicimos fotografías a cosas curiosas. Ahora pondré fotografías que hice yendo a la torre y luego volviendo.

Para los japoneses los gatos son animales de buena suerte. De hecho hay una figura muy importante que está en muchos los establecimientos. Es la del gato que está sentado, con un cascabel enorme en el cuello, y con una patita levantada. La patita se mueve de alante atrás, está diciendo "venir venir", para que entres y gastes el dinero. Es una figura que da suerte en los negocios.

Esta es la tapa de la salida de agua para los bomberos (es fácil deducir). Me debieron tomar por loca haciéndole fotos. Ahora entiendo a los pobres japoneses que hacen fotografías de todo en nuestra tierra, es que nada es igual. No me digáis que no es graciosa, dan mucha información con dibujos manga.

Tapa para el acceso al agua de las mangueras de los bomberos:


















Este oso estaba a los pies de un restaurante. Es muy típico allí ya que es un oso que sólo tienen ellos en sus bosques, el oso enano. Es sólo un poco más alto que un japonés adulto más o menos. Y esta figura de la foto se supone que te invita a entrar, como en el caso de los gatos que te dice "ven ven" para que pases y te gastes el dinero.

Oso en restaurante:
























Esta óptica debía ser una franquicia porque la vimos varias veces, cuando vi el rótulo no sabía qué anunciaban. La sorpresa que me di cuando vi que vendían gafas. la cara tiene en la frente una cinta con un melocotón, así que creo que es Momotaru. Es un cuento típico japonés de un niño que nació de un melocotón.

Óptica (¿no le da un aire a Arale del Dr. Slump?)




















Vimos este establecimiento cuando íbamos al templo. Nos gustó mucho el aspecto, si os fijáis las mesas son cajas de bebidas y se come de pie. Estaban abriendo el local para la cena, alrededor de las 7 pm era. Allí tienen un horario muy diferente al de España. Comen sobre las 12h-13h y cenan de 19h-21h. Es que oscurece muy temprano. Al día siguiente cenamos allí.

"Taberna"
























Al final encontramos dónde cenar. Era un "fast food" japonés. Entrabas en el local y había una barra en forma de "u". En el centro de la "u" estaba la camarera. Para pedir tenías que ir a una máquina donde te salían las fotografías de los platos, pagabas y te salía un tíquet, que era el que le dabas a la camarera. Descubrimos que en la mayoría de los restaurantes, las cartas tenían fotografías de los platos (comprendí que los japoneses se comunican mucho de forma visual), así que siempre pedíamos señalando una fotografía. Algo comodísimo. Creo que para el turismo deberíamos hacer lo mismo aquí en España. No digo sólo los sitios de platos combinaos, sino la carta de muchos restaurantes.

En casi todos sitios nos servían té sólo entrar. Un té verde amargo, pero estaba muy rico. Y por supuesto no había cubiertos. no nos supuso ningún problema porque vamos a menudo a restaurantes orientales. A lo mejor le costó un poco a mi marido, pero cuando hay hambre.. aprendes a cogerlos enseguida ja ja ja.

Comida Rápida:



















En la fotografía de arriba, a mi espalda al fondo, se ve la esquina de la máquina. Yo me pedí una sopa miso y cerdo con arroz. El arroz es un alimento básico en su dieta, lo toman incluso para desayunar, casi todas las comidas tienen un bol de arroz o de acompañamiento del plato. Casi todas las comidas son a base de arroz, verduras y pescado. También hay carne, pero en menos cantidad. Sobre todo la de ternera, que dependiento del tipo de ternera que sea es muy cara. Esto se debe a que Japón tiene poca superficie de pasto, es muy montañoso. Mi marido se pidió cerdo con fideos de arroz.

La ternera más cara viene de unas vacas que están criadas con sumo cuidado. Beben cerveza, les ponen música clásica y les dan masajes. De esta manera las carnes van cogiendo el sabor de la cerveza a la vez de ser muy tierna, ya que entre la música y los masajes no hay nudos en los músculos. Un buen regalo es un filete de esta carne, es carísima y una delicatesen.

Terminamos de cenar y nos fuimos al hotel a dormir la mona (ya era tarde), aguantamos tanto para podernos recuperar antes del JET LAG, que son 8 horas de diferencia que se dice pronto. Por cierto, la cena estaba riquísima. Yo tenía miedo de cansarme de la comida japonesa, porque me gusta mucho, pero tantos días... pensé que acabaría en un MC Donalds. Qué equivocada que estaba. ¡Está buenísima!, Es diferente comerla allí con sus sartenes cuadradas para la tortilla, sus cazuelas de barro, el sashimi con el bonito de un color rojo precioso, su arroz que es diferente al nuestro (es un arroz pegajoso, así que para que se apelmace no necesitan que esté "pasado" como aquí). No hubo nada que no me gustara, y ahora echo de menos su comida... porque por muy bueno que sea el restaurante oriental aquí en España... no hay color.

Al llegar al hotel nos habían cambiado de habitación. Nos habían cambiado las maletas y todo (son muy cordiales) y nos habían dejado una bandejita con una botella de champán y dos copas. Nos hizo muchísima ilusión. Estaba muy malo, sabía a champán barato. Era un champán francés que seguramente para ellos era un lujo. Los precios en Japón son sólo un pelín más altos que aquí, pero hay elementos que se disparan. Uno de ellos es el alcohol, es muy caro. La fruta también, mucha de ella la tienen que importar porque no la pueden cultivar ellos por su clima y por falta de terreno ciltivable.

No hay comentarios: